La verdad sobre las bolsas de cocodrilo (y los cocodrilos)

El informe elaborado por la marca de bolsos de lujo “BOARINI MILANESI” comienza con una cita del Dr. Daniel Natusch, biólogo y miembro de la “Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza”: “Compra un bolso de cocodrilo y ahorras cinco más”. El informe utiliza tres razones científicas para demostrar que tanto las bolsas de cocodrilo como los cocodrilos son necesarios para el planeta, las comunidades y los animales mismos.

El informe se publicó en respuesta a las acusaciones de hipocresía contra “BOARINI MILANESI” tras el lanzamiento del bolso más caro del mundo, valorado en 6 millones de euros, fabricado con piedras preciosas y piel de cocodrilo, que fue creado para hacer conciencia sobre la contaminación de los mares.

El informe se compiló utilizando la investigación de numerosos científicos y expertos en conservación de especies pertenecientes a la UICN (International Union for Conservation of Nature), una organización que incluye a más de 17 mil científicos y más de 1,400 organizaciones miembros, entre ellas WWF, Global Nature Fund, Wildlife Conservation Society (WCS) y CNR.

El informe llega a las siguientes conclusiones:

1. El uso de pieles de caimán y cocodrilo contribuye a la preservación de la especie. Las comunidades que viven en estrecho contacto con ellos consideran que los cocodrilos y caimanes son peligrosos para su seguridad personal y la de sus granjas. El uso sostenible de estos animales permite que las personas los toleren, porque son útiles para su sustento económico. Con base en estas consideraciones, se han implementado programas para el uso sostenible de cocodrilos y caimanes que han llevado a un aumento en la población actual. Desde 1960 hasta la fecha en Luisiana, la población de caimanes ha pasado de estar en peligro de extinción a alcanzar números alrededor de 3-4 millones en la naturaleza. En países como Sri Lanka, donde no existen planes para el uso sostenible de la especie, el cocodrilo Porosus se considera severamente agotado, con destrucción conocida de sus huevos y hábitat. 

2.  El uso de pieles de caimán y cocodrilo contribuye a la salud del planeta Los
humedales – hábitat natural de cocodrilos y caimanes – son el ecosistema con mejor capacidad para almacenar carbono (en algunos casos capaz de almacenar el doble que los bosques) y pueden reducir los daños causados ​​por tsunamis e inundaciones. Sin embargo, todos los días se destruyen para crear terrenos agrícolas o asentamientos turísticos (algunos estudios calculan que el 87% de ellos se han perdido desde 1700). Los programas de uso sostenible de cocodrilos incentivan a las poblaciones a mantener intactos sus humedales y recrearlos donde han sido destruidos. 

3.  El uso de pieles de caimán y cocodrilo ayuda a las comunidades locales- Los programas de uso sostenible de cocodrilos y caimanes generan ingresos que mejoran la calidad de vida de las comunidades más pobres (desde la escolarización de los niños hasta la construcción de plantas de agua potable y hospitales) y también aportan dinero a las arcas públicas de los países más desarrollados.

En Luisiana, los impuestos sobre la etiqueta única de rastreo de caimanes salvajes (uno de los impuestos requeridos para los operadores de la “industria del cocodrilo”) aportaron 1,9 millones de dólares a las arcas del estado solo en 2018.

Carolina Boarini, cofundadora y directora general de “BOARINI MILANESI”, dijo: “Para nosotros, estos tres puntos son el inicio de una campaña informativa destinada a romper las “fake news” que influyen en la opinión pública, poniendo en riesgo esta delicada labor de salvaguarda”.

” No estamos de acuerdo con la elección de algunas marcas de lujo para abandonar el uso de cueros exóticos”, declaró Matteo Rodolfo Milanesi, cofundador y CEO de Boarini Milanesi. Continuó: “Para nosotros, detener su uso sería simplemente un movimiento de marketing para capturar una audiencia que ignora la realidad. Un grave error que pondría en peligro la conservación de estas especies y el bienestar de comunidades enteras”.

Los fundadores y diseñadores de la marca, Carolina Boarini y Matteo Rodolfo Milanesi, creen firmemente en el concepto “menos, pero mejor”: menos productos, pero de mayor calidad, para reducir el impacto ambiental.

Cada bolso de Boarini Milanesi se fabrica bajo pedido, exclusivamente para el cliente, con su nombre grabado en la piel. La estructura interior y el embalaje están hechos de piel de curtido vegetal, lana y cachemira en lugar de materiales sintéticos de uso común.

Durante el proceso de elaboración, el cliente puede conocer al artesano que está creando su bolso, a través de transmisión en vivo. En 2020, la Maison lanzó una bolsa de 6 millones de euros, la más cara del mundo, para sensibilizar sobre la necesidad de proteger nuestros mares.