Foto de portada: campaña SAPICA edición 88.
Cuando hablamos de tendencias de moda, este tema no se limita únicamente a color, siluetas y materiales, ya que como sabemos este tipo de predicciones surgen derivadas desde muchos aspectos sociales e impactan más allá de lo que se ve superficialmente, ya que la moda no es únicamente pasarelas y aparadores, el espectro de la moda abarca comportamientos de consumo, sentido de pertenencia, identidad y estados de ánimo, todo esto relacionado al actuar de los humanos que reaccionan a los distintos estímulos sociales que suceden en un entorno inmediato, en un país o a nivel global.
El costo de vida actual nos ha invitado a un consumo responsable y meditado, lo que hoy se promueve como buying less, buying better, y ahora también el mental wellbeing o bienestar mental se suma como un factor importante que influye en la tendencia del consumidor, ya que, sociológicamente hablando, la moda es una consecuencia del espíritu de la época o zeitgeist, tal como se ve aquí y se menciona en el libro Sociología de las Tendencias de Guillaume Erner.
Después de un difícil periodo de pandemia y cuarentena que afecto a la población a nivel mundial, se observó que esta crisis tuvo un fuerte impacto negativo en especial para la Generación Z (personas nacidas entre 1997 y 2012), alterando su salud mental debido al incremento del uso de redes sociales durante el periodo de cuarentena y el aislamiento social, lo cual logro afectar duramente la autoestima de muchas personas, reduciendo por este periodo la percepción del mundo únicamente a lo que se veía a través de las pantallas. Por esto, no es de extrañar que las tendencias ahora más que nunca estén dividiéndose en dos vertientes muy distintas que incluso en algunos momentos pueden coincidir, una que se decanta hacia la expansión a través de los mundos digitales y el Metaverso, y otra que apunta hacia un lifestyle pacifico, positivo y casi minimalista, al bienestar y poniendo especial atención a la salud mental.
Plataformas y sitios especializados en moda como WGSN o Fashion United han tocado el tema de la salud mental y la moda de manera conjunta en artículos y reportes, haciendo énfasis en que la búsqueda de estas prácticas en la población está determinando como y por qué consumen las personas ciertas prendas, texturas o colores, ya que ahora es evidente que la salud mental se relaciona con la moda no solo como un concepto de inspiración metafórica sino como un tema que impacta en la vida real, logrando que esto sea ahora un tema de estudio cada vez más frecuente incluso en instituciones educativas como el London College of Fashion que dedica cursos y posgrados a la Psicología de la Moda como un tema de importancia en la actualidad con el propósito de mejorar los negocios en esta industria, entender el comportamiento humano, ayudar en la salud mental y estudiar la forma de consumo. Hoy, la salud mental cada día es un tema más frecuente en reportes y artículos en la web, involucrando temas como el estudio del impacto de la luz y el color en la moda, la autoestima, la depresión y la percepción personal.
El costo de vida y los estragos psicológicos que aún quedan como consecuencia del periodo de pandemia sin duda han afectado radicalmente el gusto del consumidor desde 2020, cuando vimos como del aumento de las compras en línea y la adquisición de calzado de confort para estar en casa debido al home office durante la época más dura de aislamiento se migra al gusto por los colores vibrantes y la tendencia activewear al momento de bajar los contagios. Aunque ahora esta euforia ha ido a la baja, el consumo de sneakers ha vuelto a sus niveles pre pandemia y el uso de colores extravagantes se ha mitigado debido a la prudencia que se invita a tener por parte de las agencias de predicción de tendencias, el aumento de consumo en vestimenta casual y el office wear siguen indicando que la población a pesar de la situación global no está dispuesta a regresar a las practicas pandémicas y ultra relajadas en la moda, lo cual incide positivamente en la percepción personal y el ánimo del consumidor.